Revista Plataforma

- Carla Ximena Cornejo Caballero
- Ensayos
Una imaginación radical de diseño: Producción de lo común, esperanza, micropolítica y eutopía.¹
Carla Ximena Cornejo Caballero
Este ensayo propone una imaginación radical de diseño que busca repensar la disciplina desde perspectivas colectivas, esperanzadoras y críticas ante la crisis contemporánea. A partir de la experiencia en Ecatzingo tras el sismo de 2017 y reflexiones personales, el texto cuestiona los enfoques de diseño establecidos y explora nuevas maneras de comprenderlo frente a las desigualdades y violencias del Sur Global.
Inspirado en autores como Arturo Escobar, Silvia Rivera Cusicanqui, Raquel Gutiérrez, Paulo Freire y Gustavo Esteva, el ensayo plantea que el diseño debe orientarse hacia la producción de lo común y la micropolítica, poniendo al centro la vida humana y no humana. La esperanza se concibe como un acto de resistencia y proyección de futuros posibles, mientras que la eutopía desafía el pensamiento utópico al situarse en el presente, valorando la convivencia y la solidaridad.
Esta propuesta busca imaginar diseños que se nutran de la creatividad colectiva y la construcción de lo común, creando un horizonte de transformación social desde el aquí y el ahora. En un contexto de crisis, el diseño se convierte en una herramienta para sembrar posibilidades y florecer pese a la adversidad.
Palabras clave: diseño autónomo, sur global, esperanza, transformación social, comunitario.
Advertencia
Este ensayo es un ejercicio de imaginación que si bien, se alimenta de las ideas de autoras y autores que inspiran mi pensamiento, no tiene el propósito de demostrar un hecho específico, sino de plantear un horizonte a partir del cual, capaz y, es posible construir nuevas maneras de entender el diseño o los diseños.
Otro día en la Ciudad de México: despierta, ya es tarde, báñate, cámbiate, corre a la escuela o el trabajo. ¡Respira, ya llegaste! Solo que este día es diecinueve de septiembre del dos mil diecisiete y se acercan las trece con catorce. La tierra comienza a estremecerse y en menos de dos minutos las mismas estructuras que organizaban la vida, también se la arrebataron a muchos. Era como un deja vu. El rayo que cae dos veces en el mismo sitio.²
El terror, la conmoción, el shock, pero también la solidaridad, la empatía y la ayuda mutua.
Los sismos son el recordatorio abrupto de que la tierra está viva, siempre moviéndose, siempre transformándose. Los sismos ocurren cuando las placas que conforman la corteza terrestre se acomodan o se fracturan debido al movimiento constante y a la energía que las recorre. Estas fracturas se transforman en ondas que propagan el movimiento en la superficie de la tierra. Fractura y movimiento que se hacían visibles a través de grietas. Grietas en los escombros, en las paredes y hasta en el suelo. Enormes grietas que podían visibilizar la fuerza de la energía que concentra la tierra.
El temblor no sólo abrió grietas en el concreto, sino que también lo hizo en la realidad. Grietas que permitieron ver o más bien, hicieron evidente las enormes desigualdades y la corrupción de las estructuras del poder que siempre habían estado ahí.
El temblor del 19 de septiembre de 2017 tuvo una magnitud de 7.1 en la escala de Richter con epicentro a 12 kilómetros de Axochiapan, Morelos y cuyos efectos se registraron en la Ciudad de México, el Estado de México, Puebla, Guerrero, Tlaxcala y Michoacán. El sismo dejó, según cifras oficiales, 369 personas fallecidas y más de 20 mil viviendas dañadas.
Junto a tres colegas que también son grandes amigos, tuvimos la oportunidad de registrar el proceso de reconstrucción de algunas casas en Ecatzingo, proceso liderado por Telar Social. Ecatzingo es un municipio del Estado de México que en 2015 era considerado uno de los 100 municipios con mayor rezago social en todo el país2 yy, por si fuera poco, el sismo había dejado más de 600 viviendas destruidas. Durante al menos 8 meses, una o dos veces por mes visitaba Ecatzingo junto con mis compañeros y si bien, ese no es tiempo suficiente para entender del todo la situación social, económica y política del municipio, las vivencias y experiencias que tuvimos ahí, nos hicieron plantearnos preguntas que implicaron una reflexión profunda.
No considero apropiado hablar sobre todo lo que experimentamos en esas visitas, porque probablemente no me corresponde contarlo, por ello, lo único que puedo decir es queque, a partir de ese momento, me pareció urgente replantear gran parte de las cosas que quería o esperaba de la vida. Una de ellas fue el diseño.
Y entonces, comenzó una búsqueda por entender el diseño desde otros enfoques. Primero, diseño para la innovación social, diseño y responsabilidad social, diseño para un mundo complejo y luego, diseño regenerativo, diseño activista, diseño para la transición. Pero, y sin afán de hacer una crítica a estos enfoques, porque en primera, no es el objetivo de esta reflexión y dos, porque todos ellos me han acompañado y han transformado mi manera de entender el diseño, seguía sin sentir que alguno de estos enfoques comprendiera las condiciones de pobreza, desigualdad, violencia y despojo que nos atraviesan. Dicen los que saben, que el colapso es inminente, es más, que ya está aquí. Pero, lo cierto es que no a todos nos toca padecerlo igual, sus efectos son especialmente graves en el Sur Global.
Después de un tiempo, leí la obra Autonomía y diseño de Arturo Escobar y fue quizás, la primera vez en un tiempo, que el diseño volvía a tener sentido para mí.
Una imaginación radical de diseño
Escobar menciona en su obra:
“Queremos un mundo donde quepan muchos mundos. ¿Es posible leer en estas consignas populares –en realidad instancias inspiradoras de pensamiento político subalterno– las semillas de una imaginación radical de diseño? ¿Hay una voluntad de diseño en las acciones de movimientos y colectivos?” (Escobar, 2017, p. 25).
La imaginación como un espacio poderoso para el pensamiento, la reflexión y la proyección. Un espacio sin limitaciones donde no es necesario apegarse a estructuras objetivas, académicas o científicas preconcebidas, donde el deseo por construir otras realidades desde la empatía y la esperanza son como menciona Escobar, “semillas inspiradoras” que pueden detonar procesos de organización y creación.
Considero que la imaginación es un espacio poderoso para el pensamiento, pero como menciona Silvia Rivera Cusicanqui, el pensamiento también debe de pluralizarse, el pensamiento no se alimenta sólo de pensamiento, sino también “de energía, de baile, de comida, de emociones colectivas, de soledad, de sufrimiento”. ⁴
En este camino he ido recolectando semillas que le han dado sentido y propósito a mi manera de entender el diseño y que son en su mayoría voces colectivas que se construyen desde el deseo por forjar otros mundos posibles: Lla producción de lo común, la esperanza, la micropolítica y la eutopía.
La producción de lo común y la micropolítica en el diseño
Hasta ahora no he encontrado una sola definición de lo que es la producción de lo común y probablemente tiene que ver con el hecho de que lo común es más algo que se vive que un pensamiento estático y determinado. Sin embargo, el trabajo de Raquel Gutiérrez ha sido un esfuerzo por escribir de lo común desde las tramas comunitarias que define como:
“amplia constelación de prácticas y esfuerzos que se afirman en la reproducción de la vida social a través de la generación y re-generación de vínculos concretos que garantizan y amplían las posibilidades de existencia colectiva –y por tanto individual–en tanto producen una trama social siempre susceptible de renovación, de autoregeneración”. (Aguilar y Salazar Lohman 2015, 22)
Las tramas comunitarias, una forma de producción de lo común como también lo podría ser la comunalidad, son las relaciones que se gestan entre personas que tienen como fin último la reproducción de la vida y que entienden que el colectivo es indispensable para ello, generando diversos esfuerzos y prácticas que lo hacen posible. En ese sentido, la imaginación radical de poner al centro del diseño, la vida. Un diseño que proteja y reproduzca la vida humana y no humana. Un diseño que ponga como parámetro el cuidado de la vida.
En el texto propuesto por Silvia Rivera Cusicanqui en Palabras contra el fin del mundo, titulado Emancipación y vida cotidiana, la autora habla sobre la micropolítica. Para este punto, discutir sobre si existe o no la dimensión política del diseño quizás sería poco fructífero, sino, entender que el diseño puede participar en la ampliación de las libertades, contribuir a reducir las injusticias y colaborar con quienes luchan contra las opresiones capitalistas, colonialistas y patriarcales. Sin embargo, me parece que entender la micropolítica en el diseño es importante, sobre todo cuando hace unos años se nos vendía la idea de que el diseño podría cambiar el mundo, entender para quienes diseñamos, la justa medida de la disciplina, y a su vez, encariñarse con los pequeños actos que día a día operan contra las opresiones y la lógica individualista del capitalismo. La micropolítica, menciona la autora, “nos pone a salvo de una macropolítica frustrante que nos ha desencantado desde hace muchos años. Y nos impele a optar por pequeños gestos y acciones… que pueden irradiar memorias, esperanzas y la posibilidad de convivir entre diferentes.”⁵ De igual manera, Gustavo Esteva menciona que “lo primero puede ser rescatar las incontables pequeñas acciones de la gente común que es lo único que puede producir los grandes cambios”.⁶
Esperanza y diseño
Mi primer acercamiento a una visión de esperanza fue en la lectura de Paulo Freire, sobre esto dice en Pedagogía de la Esperanza que:
Pensar que la esperanza sola transforma el mundo y actuar movido por esa ingenuidad es un modo excelente de caer en la desesperanza, en el pesimismo, en el fatalismo. Pero prescindir de la esperanza en la lucha por mejorar el mundo, como si la lucha pudiera reducirse exclusivamente a actos calculados, a la pura cientificidad, es frívola ilusión. (Freire, 1994, p. 24)
Por otro lado, en el mismo texto menciona al diseño, quizás por una afortunada coincidencia en donde dice que, una de las tareas de la Pedagogía de la Esperanza es el desarrollo del lenguaje que le permita a los educandos perfilar “las conjeturas, lo diseños, las anticipaciones del mundo nuevo.” ⁷
Por su parte, Silvia Rivera Cusicanqui menciona la esperanza como “la prefiguración de un futuro más habitable, o la conciencia anticipatoria del deseo, que podrá exceder nuestro tiempo de estancia en esta tierra”. ⁸
En ambos casos, la esperanza se relaciona con la visualización previa de los mundos nuevos que deseamos. Por lo tanto, o el diseño podría facilitar las herramientas y recursos necesarios para esta preconfiguración o bien, quienes perfilan estas anticipaciones del mundo nuevo diseñan teniendo como base, la esperanza.
Eutopía, transformación social y diseño
“Consideramos imprecisa y hasta cierto punto estéril la pregunta: ¿es posible la transformación social? Sobre todo, cuando tal interrogante se lanza hacia el futuro”. ⁹ Estas líneas son parte de la reflexión que hacen Raquel Gutiérrez y Huáscar Salazar al inicio del texto Entramados Comunitarios sobre la transformación social y hablan sobre el peligro de caer en la equivocación de pensarla desde una transformación totalitaria que sólo sucederá siempre y cuando llegue el fin del orden social actual, sino que se debe pensar desde la posibilidad de moldear y cambiar el presente.
A su vez, en la obra Escritos para organizar la esperanza, durante el prefacio los autores Carlos Tornel, Elías González, Mauricio del Villar y Rafael Escobedo hablan sobre el concepto eutopía y la cercanía que hay con las ideas de Esteva. La eutopía es el buen lugar en el presente, no la utopía que se siente lejana e imposible, sino “el lugar que ya existe con lo que nos gustaría rescatar: la amistad, la convivialidad, la hospitalidad y la esperanza”¹⁰. Esta idea se refuerza con las palabras de Esteva cuando menciona que “el futuro es una sucesión infinita de presentes, y vivir ahora tal como pensamos que deberían de vivir los seres humanos, en desafío a todo lo malo que nos rodea es en sí, un triunfo maravilloso”. ¹¹
La paradoja es, tener la esperanza suficiente para configurar otros mundos posibles desde el aquí y el ahora pese a que “no estamos al borde del abismo, ya caímos en él y parece insondable”¹², a la vez que, guardamos la certeza de que si el futuro existe, nos pertenece y que, en medio de esta catástrofe sabremos florecer. Ante la catástrofe, la imaginación y la energía creativa. La imaginación radical de que otros diseños son posibles. Diseños que apuestan por lo común, por buscar el buen lugar y la esperanza colectiva.
Por cierto, ¿qué tan profundo puede llegar una grieta? Acá estamos 8 años más tarde.
Notas.
¹ Usé inteligencia artificial para generar algunas citas a pie de página, las referencias, el resumen de mi ensayo, así como mi semblanza.
² Este párrafo hace referencia al poema “Puño en alto” de Juan Villoro
³ Secretaría de Desarrollo Social. (2017). Norma Oficial Mexicana NOM-034-SEDESOL-2013, Servicios de asistencia social, Prestación de servicios para atención, cuidado y desarrollo integral infantil. Diario Oficial de la Federación.
⁴ Rivera Cusicanqui, S. (2017). Entrevista a Silvia Rivera Cusicanqui: Sobre la comunidad de afinidad y otras reflexiones para hacernos y pensarnos en un mundo otro. En El Apantle. Revista de estudios comunitarios (pp. 148). Horizontes Comunitarios.
⁵ Silvia Rivera Cusicanqui, “Enmancipación y vida cotidiana. Una aproximación testimonial“, en Palabras contra el fin del mundo, ed. Edgardo Lander (Montevideo: Editorial ZUR, 2015), 50.
⁶ Gustavo Esteva, Escritos para organizar la esperanza (Montevideo: Bajo Tierra Ediciones, 2019), 64
⁷ Paulo Freire, Pedagogía de la esperanza: Un reencuentro con la pedagogía del oprimido (1994), 59
⁸ Rivera Cusicanqui, Enmancipación y vida cotidiana, 51.
⁹ Gutiérrez Aguilar y Salazar Lohman, Reproducción comunitaria de la vida, 21.
¹⁰ Esteva, Escritos para organizar la esperanza, 11.
¹¹ Ibíd., 64.
¹² Ibíd., 64.
Referencias
Escobar, A. (2017). Autonomía y diseño: La realización de lo comunal. Tinta Limón.
Rivera Cusicanqui, S. (2017). Entrevista a Silvia Rivera Cusicanqui: Sobre la comunidad de afinidad y otras reflexiones para hacernos y pensarnos en un mundo otro. El Apantle. Revista de estudios comunitarios, (4), 147–159. Horizontes Comunitarios.
Gutiérrez Aguilar, R., & Salazar Lohman, H. (2015). Reproducción comunitaria de la vida. Pensando la transformación social en el presente. Revista Apantle, (1), 15-50.
Freire, P. (1994). Pedagogía de la esperanza: Un reencuentro con la pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores.
Esteva, G. (2019). Escritos para organizar la esperanza. Montevideo: Bajo Tierra Ediciones.
Carla Ximena Cornejo Caballero
Diseñadora y docente con formación en la Escuela de Diseño del INBAL y en el Posgrado de Artes y Diseño de la UNAM. Su trayectoria combina la enseñanza crítica del diseño con la gestión de proyectos comunitarios y académicos. Actualmente es docente titular en la Escuela de Diseño del INBAL, donde imparte asignaturas como Pensamiento Estratégico y Planeación Estratégica. Además, colabora como coordinadora de Vinculación, estableciendo relaciones con instituciones para generar oportunidades académicas.
Es co-fundadora de Estudio NOD y ha participado en proyectos sociales y culturales enfocados en el diseño comunitario, colaborando con entidades como la Secretaría de Cultura de la CDMX y festivales internacionales como Mextrópoli y la Semana del Diseño de Milán. Su enfoque interdisciplinario apuesta por el diseño como herramienta de transformación social, promoviendo prácticas colaborativas y procesos críticos en contextos educativos y comunitarios.
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